Seguramente no es la primera vez que escuchas esa frase que dice que eres la suma de las 5 personas con las que más tiempo pasas, lo que en otras palabras podría ser lo mismo que “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Dos dichos populares que hemos escuchado y repetido en algún momento de nuestra vida, y que están llenos de razón. Porque, sí, corazón, no es un secreto que terminamos adquiriendo hábitos, patrones y comportamientos similares al de las personas con las que más compartimos nuestro tiempo.
Por ejemplo, si nuestros amigos más cercanos son personas positivas, de esas que tratan de ver el vaso medio lleno en lugar de vacío, lo normal es que nosotros también tendamos a ser así.
Mientras que si usualmente pasamos tiempo con personas que solo se quejan y se quedan con el lado negro de la vida, llegará un momento en el que inconscientemente empecemos a hablar y ver nuestras experiencias desde un enfoque negativo.
Por eso hay que saber muy bien con quién nos rodeamos y, ante todo, tener muy cerca a gente que sume y no que reste.
¿Cómo conseguir relaciones sanas y nutritivas cuando vivimos en el exterior?
Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza y las relaciones que construimos son importantes para nuestra salud emocional. Especialmente cuando emigramos y estamos construyendo una nueva vida, es un momento en el que quizá nos sentimos más vulnerables por todas las novedades que estamos viviendo en esta nueva etapa de reinvención en el exterior.
La novedad de llegar a un país diferente al nuestro, aprender una lengua que quizá no dominamos bien, buscar empleo en el extranjero y conocer personas nuevas que se puedan llegar a convertir en buenos amigos.
Pero precisamente por esa vulnerabilidad inicial de quien llega nuevo a un país y se siente perdido, es normal que muchas personas terminen conectando con personas que restan en vez de sumar, por miedo a la soledad.
Aquí te dejo 2 consejos rápidos que te pueden ayudar:
1. Evita a las personas negativas
Te pregunto una cosa: ¿qué tipo de personas quieres tener en tu vida?
¿Tienes la respuesta en mente? Pues pregúntate lo mismo cada vez que conozcas a alguien.
Los expats ya tenemos muchas presiones cuando cambiamos de país y empezamos una nueva vida. La necesidad de adaptarnos, los miedos que nos dominan y todas las inseguridades que surgen, ya son lo suficientemente estresantes, y a veces frustrantes, para sumarle la queja o la negatividad de alguien más.
Es importante tomar la responsabilidad y el control de nuestra vida e identificar, desde el principio, qué tipo de personas queremos tener cerca.
2. Rodéate de gente que te ayude a volar
Por más poético que el título suene, es verdad. Rodéate de personas que admires y te inspiren.
¿Qué pasa cuando te rodeas de personas positivas, con aspiraciones similares a las tuyas y llenas de metas y sueños por cumplir? Sencillamente que te traspasan esa misma energía porque te ayudan a creer más a ti y a ver que todo puede ser posible.
Además de que se convierten en un el soporte y el bastón que necesitas en aquellos días en los que las nubes grises de la incertidumbre te quieran visitar.
Así que trata de conectar con personas de tu mismo país o idioma con las que te sientas identificado, pero también ábrete a la oportunidad de conocer a personas locales que te ayuden a entender cómo es la vida y la cultura en ese nuevo país y te faciliten el proceso de adaptarte a ella.