5. No te tomes nada personal y no supongas nada
Nuevamente hablamos de la aceptación. Cuando vives en otro país, tienes que partir del hecho de que habrá cosas que se hacen de forma distinta. Y no, esto no implica que necesariamente tengas que dejar de ser tú mismo para “encajar”, pero tampoco tienes que vivir peleándote con esas diferencias o creer que el mundo está conspirando en tu contra.
Aprecia y agradece todas las enseñanzas y situaciones que tu nuevo entorno te da. Y en lugar de querer que las cosas se hagan a tu manera, pregúntate ¿qué puedo ofrecer de mí en este nuevo entorno?
6. Reconócete y abraza el cambio
Aquí hablamos de dos cosas. Primero, reconocer lo que eres, las habilidades que tienes y todos los talentos que viajaron contigo; pero también atrévete a explorar partes de ti que no conocías y que están listas para empezar a aflorar en esa nueva cultura.
Después de todo, dicen que uno nunca es la misma persona que toma el avión rumbo a lo desconocido.
7. Cuida de ti
¡Eres la persona más importante de tu vida! Duerme bien, come bien, haz ejercicio y busca espacios para entrar en contacto con todas las actividades que te gustan.
Precisamente el autocuidado es una de las primeras cosas que dejamos de lado cuando empezamos a vivir en el exterior, pero es super importante para que nuestro cuerpo y mente trabajen a nuestro favor y sigamos generando endorfinas – las hormonas de la felicidad.
Aunque para cada persona es distinto, es importante que encuentres tu punto de balance entre tu vida personal y tu carrera.
8. ¿Quieres una vida más feliz en el exterior? Actúa
Sal de la queja y pasa a la acción. Para tener resultados y vivir la vida que queremos, hay que hacer que las cosas pasen.
Sé responsable y aprende a expresar, pedir, y hasta exigir, lo que necesitas. Ten la certeza de que, con cada acción que tomas, estás en el camino correcto para lograr tus objetivos.
Emigrar es la oportunidad de oro para darte cuenta de que eres tú, y nadie más que tú, quien crea tu vida, tus resultados y tu felicidad.
9. Ten un plan con metas claras
Es bueno tener una hoja de ruta que nos mantenga motivados y con nuestros objetivos en mente. Así que haz una lista con tus principales objetivos y crea un plan de acción para acercarte a ellos. Lograrlos no sólo te hará sentir más feliz sino también más confiado y seguro.
10. Habla sobre tus problemas
No te guardes tus problemas, háblalos. Cuando vivimos en el exterior y estamos atravesando situaciones difíciles, es necesario pedir ayuda. Encontrar a una persona que nos ayude a ver las cosas con otros ojos, volver a nuestro centro, redefinir nuestros objetivos y crear un plan de acción para lograrlos. Y qué mejor que una persona que haya vivido y superado lo mismo que tú.
Por eso, en mis sesiones de coaching me encargo de trabajar estos temas y ayudarte a reconectar con quien verdaderamente eres, para que saques esa parte segura, valiente y decidida que yo sé que hay en ti.
Espero que estos 10 hábitos te ayuden a tener una vida más feliz en el exterior. Lo único que necesitas es integrarlos en tu vida y practicarlos cada día. Recuerda, la felicidad está en tus manos.
¿Cuál de estos hábitos es tu favorito? ¿Añadirías algún otro que te haya funcionado a la lista?
¡Te leo en los comentarios!